Ya lo dice la PAradoja de Fermi: Si los humanos no son especiales y las civilizaciones pueden surgir comúnmente en el cosmos, ¿por qué no hemos encontrado a nadie más todavía? De acuerdo a un nuevo estudioTodo es cuestión de tiempo, mucho tiempo.
El artículo, publicado en El diario astrofísico, tiene a los investigadores Wenjie Song y He Gao como autores principales. Ambos estimó el número de civilizaciones inteligentes extraterrestres comunicantes (CETI) existentes utilizando dos parámetros: la probabilidad de que aparezca vida en un planeta terrestre y la etapa de evolución de la estrella anfitriona del planeta en la que nacería el CETI.
De esta manera, crearon nueve escenarios en los que los CETI eran raros o comunes. Si fueran raros (del orden de 110 en toda la Vía Láctea), entonces una civilización comunicante tendría que sobrevivir 400.000 años antes de recibir una señal de otra. En el mejor de los casos, con alrededor de 43.000 CETI, se necesitarían al menos 2.000 años para que una civilización en comunicación obtenga su primera onda cósmica.
Como ambos autores explican en su trabajo:
La razón por la que no hemos recibido una señal puede ser que la vida útil de comunicación de los humanos no es lo suficientemente larga en la actualidad. Sin embargo, se ha propuesto que es muy probable que la vida útil de las civilizaciones sea autolimitada (conocido como el argumento del fin del mundo), debido a muchas perturbaciones potenciales, como problemas de población, aniquilación nuclear, cambio climático repentino, cometas rebeldes, cambios ecológicos. , etc. Si el argumento del Día del Juicio Final es correcto, en algunas situaciones pesimistas, es posible que los humanos no reciban ninguna señal de otros CETI antes de la extinción.
Además, también admiten que existen grandes incertidumbres en sus probabilidades, por lo que tal vez exista la posibilidad de comunicarse con extraterrestres más temprano que tarde:
Es bastante incierto qué proporción de planetas terrestres pueden dar a luz a la vida, y el proceso de evolución de la vida hacia un CETI y poder enviar señales detectables al espacio es altamente impredecible.
Sea como fuere, la única certeza que parece escaparse de este y otros trabajos similares es que ninguno de nosotros vivirá para contarlo. [The Astrophysical Journal via IFLScience]