Fri. Jun 7th, 2024

MIAMI.- Un pequeño satélite de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) destinado a medir por primera vez en detalle la pérdida de calor al espacio a través de los polos terrestres despegó el sábado de Nueva Zelanda.

La misión, denominada PREFIRE, debería mejorar las previsiones de los científicos relacionadas con el cambio climático.

“Esta nueva información, que nunca habíamos tenido en el pasado, nos ayudará a modelar lo que está sucediendo en los polos y en el clima”, dijo Karen St. Germain, directora de investigaciones científicas relacionadas con la Tierra, en una conferencia de prensa a mediados de -Puede. Tierra de la NASA.

El satélite del tamaño de una caja de zapatos fue lanzado por el cohete Electron de Rocket Lab desde Mahia, al norte de Nueva Zelanda. La misma empresa lanzará posteriormente un satélite similar.

Ambos se utilizarán para realizar mediciones en el infrarrojo lejano sobre el Ártico y la Antártida, para cuantificar directamente por primera vez el calor liberado al espacio.

Balance de exceso de calor

Este fenómeno es “crucial porque ayuda a equilibrar el exceso de calor recibido de las regiones tropicales y a regular la temperatura de la Tierra”, explicó Tristan L’Ecuyer, director científico de la misión en la Universidad de Wisconsin en Madison.

“El proceso que lleva el calor de los trópicos a los polos es el origen de nuestra meteorología”, añadió.

Gracias a PREFIRE, la NASA pretende comprender cómo las nubes, la humedad o incluso la transformación de una superficie congelada en líquido influyen en esta pérdida de calor.

Hasta ahora, los modelos utilizados por los científicos para anticipar el calentamiento global se basan, respecto a este parámetro, sólo en teorías y no en observaciones reales, explicó Tristan L’Ecuyer.

“Esperamos mejorar nuestra capacidad para simular el aumento futuro del nivel del mar, así como cómo el cambio climático en los polos afectará a los sistemas meteorológicos del planeta”, explicó.

20 misiones espaciales

Este satélite se suma a más de veinte misiones de la NASA encargadas de observar la Tierra, ya en órbita.

Los pequeños satélites, llamados Cubesats, representan una oportunidad real para responder a preguntas “muy específicas” “a un coste menor”, explicó Karen St. Germain.

Si los grandes satélites más tradicionales pueden considerarse “generalistas”, estos pequeños aparatos son comparables a los “especializados”, subrayó. “La NASA los necesita a ambos”.

FUENTE: Con información de AFP

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