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Lentitud, interrupciones y cortes permanentes son algunas de las posibles consecuencias de las altas temperaturas en la red inalámbrica.
los altas temperaturas Molestan no solo a las personas sino también a muchos dispositivos electrónicos: el calor puede afectar la conexión WiFi y provocar un rendimiento de la red más lento, interrumpido y anormal.
A la hora de mejorar la red inalámbrica, la mayoría de los consejos se orientan al posicionamiento del router, a la instalación de repetidores y a buscar un canal de transmisión que no tenga muchas interferencias, pero nada se dice de las olas de calor.
No es que las olas chamusquen por exceso de energíaSi bien incluso el calor extremo no afectará la forma en que la señal WiFi se mueve por la habitación, esto no es lo único que debe tener en cuenta.
Un estudio realizado por investigadores de la Universitat Politècnica de València concluye que, contrariamente a lo que se creía hasta ahora, las condiciones meteorológicas ejercer una influencia significativa en el rendimiento de las redes WiFi.
Jaime Lloret, investigador de dicha universidad, concluyó que factores como la lluvia, el frío, el calor o la incidencia solar pueden afectar significativamente el rendimiento de las conexiones inalámbricas WiFi que operan en frecuencias entre 2 y 4 GHz.
Los dispositivos electrónicos están diseñados para funcionar bajo ciertas condiciones. Desde el momento en que comiencen a operar fuera de esta regla, es muy probable que lo hagan. causar problemas en sus funciones.
Si esta ola de calor continúa en el tiempo -sin adoptar ninguna medida- el problema puede empeorar. Los componentes electrónicos pueden sufrir demasiado, lo que provocará una avería que hará que el equipo no funcione correctamente o incluso deje de funcionar.
Por ello, la temporada estival repercutirá directamente en los equipos de red. Estos, que suelen estar diseñados para trabajar a temperaturas por debajo de 33 gradosSe sobrecalentarán gradualmente.
A partir del momento en que se supere este límite, es probable que comience a producirse una caída en el rendimiento, y esto se traducirá directamente en una caída en la velocidad de la red.
A diferencia de muchos aparatos electrónicos que cuentan con ventiladores y otros métodos para disipar el exceso de temperatura en su interior, los routers domésticos solo cuentan con unos orificios para la ventilación que en ocasiones, como en el caso de este verano, pueden no ser suficientes.
WiFi en verano: consejos y recomendaciones
- Si no se va a utilizar durante la tarde, lo mejor es desconectarlo para que el equipo se enfríe. Vuelva a encenderlo cuando sea necesario.
- Coloca el equipo en un lugar ventilado que no esté cerca de otros aparatos eléctricos que emitan calor y dificulten que el router extraiga el aire caliente del interior.
- La temperatura de la superficie donde se encuentra el router también influye en su temperatura interna. Para evitar reflejos de luz, es importante que sea de color mate.
- Es una mala idea colocarlo cerca de una ventana para que el aire exterior pueda ventilarlo. La luz solar indirecta aumenta el calor interno.
- Nunca lo coloques sobre un aparador o un cajón, ya que la señal rebota en su interior.
SL