En la carrera por un lugar están varias agencias internacionales y algunas firmas privadas.
Como se ha señalado en varias ocasiones, la agencia rusa Roscomos tiene previsto retirarse de la Estación Espacial Internacional (ISS) en dos años. Y aunque hay muchas agencias y algunas firmas privadas levantando la mano para tomar ese asiento, aún queda por resolver un problema clave.
La salida de los rusos supondrá una gran oportunidad ya que la NASA se vería obligada a apurar la adjudicación a una empresa para que la ISS siga activa.
La primera firma en la nómina es SpaceX. La firma de Elon Musk ha demostrado ser capaz de resolver los diferentes problemas de la exploración espacial con sus naves.
Sus cohetes de lanzamiento y aterrizaje vertical reutilizable y sus satélites de comunicación son un ejemplo de su alto nivel de eficiencia. El problema es el retorno y beneficio que obtendría la empresa al asumir esta tarea.
Boeing, que fue el principal Contratista de la NASA en la construcción de la ISS en las décadas de 1990 y 2000. Además, tiene su propia nave espacial, la Starliner.
El otro candidato es Northrop Grumman, quien ya ganó un contrato para construir un módulo habitable para la estación espacial lunar imaginado por la NASA, el Lunar Gateway.
alianza mundial
Aunque la ISS es una alianza global que incluye elementos aportados por Japón, Europa y Canadá, la mayor parte de la infraestructura pertenece a los norteamericanos.
Sin embargo, uno de sus componentes más importantes es el módulo de servicio Zvezdael motor de la estación que le permite mantener su órbita y maniobrar alrededor de los desechos espaciales y pertenece a Roscomos.
Y como ya adelantaste, cuando Rusia abandone la ISS, pretende tomar sus módulos, incluido el Zvezda, para construir su propia base. Lo que implica que, por mantener el barco a flotetendrán que cambiar su motor o llegar a un acuerdo con Rusia.
La solución provisional que encontró la NASA para mantener la ISS en funcionamiento unos años más es llamar a concurso entre empresas norteamericanas para que una de ellas se encargue del asunto.
Ampliar el plazo
Tanto Europa como EE.UU. son partidarios de alargar la vida útil de la ISS más allá del límite actual acordado con Rusia, en 2024. De hecho, la ISS es uno de los últimos grandes proyectos científicos y espaciales en los que ha continuado la colaboración entre las potencias. a pesar de la guerra en Ucrania.
La colaboración de Rusia con sus socios occidentales ha estado en la cuerda floja desde el inicio de la guerra en Ucrania y el país eslavo ya había amenazado en otras ocasiones con retirarse de esta avanzada espacial que orbita la Tierra unos 400 kilómetros de altura.
“Vamos a cumplir con nuestras obligaciones con los socios, pero la decisión de abandonar la ISS después de 2024 ya está tomada”, dijo el nuevo jefe de la agencia espacial Roscosmos, Yuri Borisov.
Semanas atrás, Vladimir Putin destituyó a Dmitry Rogozin, un político ruso con un largo historial de corrupción, incompetencia y amenazas a Occidente, para reubicarlo en la administración de los territorios ocupados en Ucrania.
Según los analistas, Rogozin tiene la culpa de haber llevado a la agencia rusa al borde del desastre. Tanto es así que las potencias espaciales occidentales y los expertos de la industria ya consideran a los rusos un peligro para la seguridad de sus misiones espaciales. Douglas Loverro, ex jefe del programa espacial tripulado de la NASA, lo ha dicho claramente: Roscosmos es una agencia espacial fallida gracias a su director. “Rogozin lo ha estropeado. Faltan fondos, falta un objetivo claro”.
Las sanciones impuestas por Europa a Rusia por la invasión de Ucrania ya habían suspendido importantes misiones espaciales y científicas conjuntas, en particular los planes para aterrizar el rover Rosalind Franklin Mars como parte de la misión Exomars.
