Él energía solar Es una alternativa a las fuentes de corriente eléctrica tradicionales. Poco a poco, debido a sus beneficios para el medio ambiente y el ahorro económico, empieza a ser cada vez más popular. Y aunque para un usuario en concreto todavía no tiene tantas aplicaciones, pequeñas y medianas empresas pueden aprovechar un sistema híbrido que genera recursos a partir de paneles solares.
La cantidad de luz solar que llega a la superficie terrestre en una hora y media es suficiente para abastecer el consumo energético de todo el mundo durante un año completo. El problema histórico siempre ha sido cómo recoger esta energía: los paneles hacen precisamente este trabajo.
Un segundo problema siempre ha tenido que ver con el costo: la energía solar requiere una tecnología más costosa para almacenarse, en comparación con las tradicionales. Pero el potencial de la energía solar es enorme, ya que la Tierra recibe alrededor de 200.000 veces la capacidad total diaria de generación de electricidad del mundo en forma de energía solar todos los días.
En este contexto, empresas argentinas como ALP Group brindan la instalación de paneles para que las pequeñas y medianas empresas puedan acceder a este tipo de energía renovable.
“Si nos detenemos en los beneficios económicos para las empresas, las razones para invertir en paneles fotovoltaicos son múltiples. Por ejemplo, en provincias con tasas medias superiores AR$6,5kw/H y suponiendo un ajuste de sólo la mitad de la inflación por año, el ahorro en el consumo de electricidad hace que un proyecto de 20 kw se amortice en 5 años”, le explica a Clarín Ignacio Ayanz, socio fundador de la empresa.
“Pero también desde que se reglamentó la Ley 27.424 (conocida como “Ley de Energía Distribuida”), existen beneficios fiscales en las provincias adheridas a la ley, lo que permite acortar el plazo de amortización de la inversión a 4 años (en lugar de 5 años ) como consecuencia de la aplicación del Certificado de Crédito Fiscal”, añade.
Este sistema es interesante porque permite almacenar la energía solar y, si no se utiliza, suministrarla a la red eléctrica general. Y esto se traduce no solo en un ahorro energético para la comunidad, sino también en una deducción en la factura de la luz.
“En cuanto a los beneficios ambientales, los paneles reducen la huella de CO2, evitan el uso de fuentes contaminantes para la generación de energía y bajan la temperatura ambiente, colaborando con el aislamiento térmico”, añade, como beneficio asociado al medio ambiente.
Cómo funcionan los paneles solares y qué es la “energía bidireccional”
Paneles solares, energía solar. Foto Grupo ALP
Los sistemas de concentración de energía solar (CSP) usan espejos para reflejar y concentrar la luz solar en receptores que recolectan energía solar y la convierten en calor, que luego puede usarse para producir electricidad o almacenarse para su uso posterior. Se utiliza principalmente en centrales eléctricas muy grandes, pero poco a poco se fue extendiendo a usos intermedios.
“Los paneles solares se conectan directamente al tablero principal de medidores de electricidad de la propiedad. Esto significa que el consumo de energía utiliza primero la generada con los paneles y luego, o en paralelo, la que proviene de la red eléctrica nacional. Con lo cual, el usuario no se da cuenta de que energía está usando, Como no tiene pilas, está todo en la red. Ahí es donde entran los ahorros.”, explica el experto.
“Para graficar el crecimiento de la generación distribuida, la Secretaría de Energía informó en enero de 2022 que la cantidad de KW instalados y conectados a la red casi se triplicó (llegó a 9.824 kW en enero de 2022 vs 3.599 kW hace un año)”, agregó. .
Además, también es importante subrayar que Córdoba concentra el 59% de esa potencia instalada por dos factores: primero, porque las tarifas en Córdoba son de las más caras del país; segundo, por los altos niveles de radiación en esa provincia. Con la ley de energía distribuida, la posibilidad de inyectar excedentes a la red de distribución permite empoderar al usuario, quien pasa a tener un rol activo respecto a su consumo eléctrico”, explica.
En el ejemplo que da la empresa, una pyme instalada en Córdoba puede ahorrarse toda la inversión por lo que los paneles generan y aportan al sistema energético provincial.
Esto quiere decir que, por ejemplo, si un domingo no hay consumo pero hay generación de energía, esa energía sale de las placas solares y sale de casa por el contador. y va a la red, generando un crédito a favor del cliente.
Planes para comprarlos: cuotas, financiación y precios
Paneles solares, energía solar. Foto Grupo ALP
ALP cuenta con un sistema de leasing con varios tipos de financiamiento, 12 meses o uno de 60 cuotas donde no hay desembolso inicial. “Se paga la instalación y 60 cuotas iguales para hacer uso de una opción de compra por el 10% del valor. La compra incluye preingeniería, diseño, instalación, la puesta en marcha y si es leasing también el mantenimiento preventivo durante 5 años”.
Además, explica que se hace una certificación. “La certificación significa que una vez terminada la instalación, un instalador certificado se asegura de que todo funcione bien y lo firma a través de una plataforma del Ministerio de Energía, lo aprueba y cambia el medidor tradicional por uno bidireccional”.
“El precio de los paneles es muy relativo porque depende del tipo de soporte, la ubicación y demás. Pero en promedio cuesta mil dólares oficiales por kilovatio. Una instalación de 50 kilovatios promedio te da entre 6 y 7 mil kilovatios hora de energía al mes. Depende de la tasa que le dará el ahorro”, aclara.
“Una vez finalizado el plazo del arriendo, el cliente obtiene producción de energía por 20 años más sin gastos asociados. La adquisición de un panel actúa como una precompra de energíagenerando previsibilidad, algo que en la Argentina de hoy no es un detalle menor”, concluye.
Así, más allá de la propuesta de esta empresa, lo cierto es que varias pymes ya utilizan este sistema, lo que supone un paso adelante no solo en el ahorro sino también en el cuidado del medio ambiente.
Como dice la jerga, un absoluto “ganar-ganar”.
SL