En su duodécimo cumpleaños, Jorge Alejo Muñoz-Torrero tuvo su mejor regalo: fue el primer niño del mundo en tener un exoesqueleto infantil. los esqueleto pediátrico permite que los menores se muevan con mayor movilidad gracias a un marco acolchado que soporta su peso.
Esta estructura infantil cuenta con una tecnología única en el mundo que permite a su portador describir un movimiento de 360º a niños que nunca han podido caminar o han perdido la motricidad.
Jorge nació con un lesión cerebral en el área motora, por lo que no podía estar de pie. Este desarrollo, según los médicos, te ayudará en tu día a día y también puede contribuir a otros 17 millones de menores en todo el mundo con discapacidad motora.
“Nada le duele, nada le molesta, al contrario, dicen que son como flotar. Sobre todo, conseguimos que los niños sean niños, a pesar de una discapacidad”, explica Elena García Armada, investigadora del CSIC y desarrolladora del exoesqueleto.
En un comunicado, el Ministerio de Educación español explica que Muñoz Torrero ya había probado el exoesqueleto y ahora participa en un ensayo clínico de Marsi Bionics, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Hospital La Paz sobre sus efectos rehabilitadores.
La investigadora del CSIC, fundadora e impulsora del proyecto, es una de las 30 mujeres más influyentes del mundo en el campo de la robótica y creó Marsi-Bionics con el primer prototipo para trasladar los resultados de la investigación a la sociedad.
ideas que suman
La idea de embarcarse en el desarrollo de este equipo, según explica el diario El País, le llegó a García Armada tras conocer a un matrimonio que tenía una hija tetrapléjica llamada Daniela. Fue entonces cuando se dispuso a encontrar algo que pudiera adaptarse a su cuerpo.
Después de ver dos exoesqueletos diseñados para adultos, la familia buscaba una alternativa similar para su hija. Generalmente, el diseño de estos exoesqueletos para adultos es más sencillo (de hecho, existen varios modelos), ya que No requieren tanta personalización.
En el caso de los niños, estas estructuras deben crecer con ellos y adaptarse a enfermedades más individualizadas, lo que significa más trabajo. Todo esto llevó a García Armada a diseñar su propio modelo pediátrico y realizar diferentes ajustes para que pudiera ser utilizado por Jorge.
Este exoesqueleto, fabricado en aluminio y titanio, pesa unos 12 kilos y está destinado a la terapia de niños con algún tipo de discapacidad motora de causa cerebral o con atrofia muscular espinal (AME), una enfermedad degenerativa de las neuronas de la médula espinal que se encargan de mover los músculos.
Esta estructura, adaptable al cuerpo y dimensiones de cada paciente, le permite sentarse y le ayuda a caminar y moverse para fortalecer sus músculos.
Aunque la atrofia muscular espinal no es una enfermedad muy común, se estima que en España hay entre 300 y 400 familias con algún miembro afectado. La cifra mundial asciende a 500.000 niños. Uno de cada 500 niños tiene algún tipo de parálisis cerebral en nuestro país.
Con información de La Vanguardia.