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Espacio de la última frontera. Hoy es la frontera de la actividad económica que impulsa todo tipo de actividad cotidiana. La base de usuarios está creciendo, tropezando con un futuro donde los datos espaciales se mueven a mayor velocidad, con mayores volúmenes, más volatilidad y son cada vez más necesarios para la vida de todos.

Se estima que los datos espaciales sin procesar tienen un impacto directo en 120 millones de usuarios. En comparación, el gigante de las redes sociales Facebook tiene alrededor de 183 millones de usuarios. Las proyecciones sugieren que los volúmenes de datos espaciales aumentarán en dos órdenes de magnitud para 2030, por lo que es fundamental pensar en una estrategia de gestión de datos. Sin esa estrategia madura para aprovechar estos cambios, perderemos oportunidades de explotar los conocimientos basados ​​en datos para beneficiar nuestra economía y el medio ambiente.

Los servicios espaciales para aplicaciones de la Tierra proporcionan datos de tres amplias categorías: comunicaciones, posición, navegación y temporización (PNT) y observación de la Tierra y ciencias de la Tierra.

Esperamos que el volumen y la calidad de los datos en estas áreas sean una combinación de grandes cambios y crecimiento orgánico. Impulsados ​​por la caída de los costos de la tecnología y el acceso al espacio, los satélites ya están entregando datos para mejorar la vida en la Tierra, ayudando a predecir desastres naturales o permitiéndonos usar los recursos de manera más inteligente.

Si la población mundial alcanza los 9.800 millones para 2050, como se prevé, se necesitarán formas más sostenibles de gestionar tanto los alimentos como el agua. Los conocimientos globales deben sustentar las decisiones en estas áreas. Una forma de asegurar los datos de distribución de recursos globales casi en tiempo real necesarios para respaldar estos conocimientos es utilizar las nuevas industrias (cartografía de recursos naturales terrestres y cis-lunares desde el espacio, turismo de consumo en el espacio), nuevas infraestructuras, así como la industria comercial. actividades en el espacio que alguna vez fueron el foco de atención de los gobiernos.

El costo de construir y lanzar un pequeño satélite se ha vuelto comparable al costo de desarrollar una aplicación de software, por lo que incluso los grupos de estudiantes universitarios pueden hacerlo. Alrededor del 40% de los satélites en órbita tienen fines comerciales, muchos financiados por capital de riesgo.

Muchas nuevas empresas están proporcionando satélites de órbita terrestre baja para una variedad de usos diferentes e innovadores. Tomemos como ejemplo la infraestructura de transporte: la tecnología de imágenes satelitales puede brindar monitoreo del tráfico de vehículos con mayor confiabilidad y contexto en comparación con GNSS y abre oportunidades para la innovación. Cuando tanto la infraestructura como los vehículos intercambien telemetrías para responder a las condiciones ambientales en tiempo real, como pretenden hacer las ciudades inteligentes, los datos espaciales serán parte de la toma de decisiones de logística inteligente.

Sin un enfoque coherente para la explotación de datos y pocas regulaciones de mercado, las condiciones para aprovechar estos desarrollos para crear mercados de big data sostenibles y justos no serán las correctas. Esto dificultará el acceso a datos útiles y reducirá las oportunidades de obtener información a través de las funciones comerciales digitales. Lo que estamos viendo actualmente es que las corporaciones intervinieron y trataron de controlar el acceso, con poca supervisión de su actividad, y corremos el riesgo de que surjan monopolios de datos sin restricciones que pongan en desventaja a todos los demás.

Costos de banda ancha de la infraestructura espacial proyectados a lo largo del tiempo

A medida que se establezcan nuevos grupos de usuarios, los diferentes tipos de combinaciones de datos requerirán un manejo diferente para satisfacer las necesidades comerciales. El uso de datos debe regularse, pero no restringirse, para permitir nuevos usos ingeniosos mientras se previene el daño y se permiten beneficios compartidos. Este podría ser un régimen internacional, promulgado por un tratado o mecanismos de derecho indicativo, que garantice el cumplimiento de los principios legales internacionales.

Como arquitecto y orquestador, el gobierno debe adoptar un enfoque de gobernanza adaptable, que involucre a todos los actores, para ser más efectivo. ¿Qué implica eso? En esencia, la gobernanza adaptativa es un “aprendizaje práctico” colaborativo, donde el proceso de resolución de la incertidumbre en la gobernanza es una gestión activa a través del monitoreo, para permitir una mejor implementación o decisiones operativas.

Uno de los desafíos particulares para administrar es que los datos tienen un ciclo de vida y los datos de gran espacio tienen uno muy complejo. Los esfuerzos para extraer información de los datos no administrados son, en el mejor de los casos, inexactos o sin sentido y, en el peor de los casos, engañosos. Si los datos de imágenes de observación de la Tierra, por ejemplo, se ofrecieran con la resolución y calidad adecuadas a precios razonables, los intereses que van desde la agricultura hasta la construcción impulsarían la demanda. Sin conjuntos de datos curados, estas audiencias terminarán con un panorama de datos fracturado y conocimientos opacos.

Todo esto significa que debemos comprender el estado y la salud de los datos disponibles, ahora y en el futuro, para proporcionar la supervisión adecuada de cómo se proporcionan. El estado (en reposo, en tránsito, en uso) se puede obtener a partir de sistemas tecnológicos o de análisis. La salud debe determinarse a partir de una combinación de análisis, calibración y pruebas.

Solo entonces podremos diseñar una estrategia industrial-económica de dominio espacial coherente, donde los datos puedan “fluir” a las empresas a través de mercados equitativos.

Para enfrentar estos desafíos, todas las partes interesadas en los datos espaciales deben:

  1. Visualice y conozca su cadena de suministro de datos y lo que significa para ellos.
  2. Tener claro qué servicios quieren desarrollar y conocer las fortalezas y debilidades de los nuevos servicios espaciales.
  3. Comprenda cómo cambiará el valor de los grandes datos con el tiempo y tenga una estrategia para responder.
  4. Gestione activamente la seguridad de los datos en los puntos más vulnerables de la infraestructura global.

A medida que crezcan los datos espaciales, aquellas empresas con una estrategia madura y relevante que aborde estas preguntas podrán aprovechar los cambios y los beneficios, sin dejar atrás a las demás.

Mark Chang es experto en aeroespacial, defensa y seguridad en PA Consulting

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