En 2006, Jeff Bezos, fundador de Amazon, hizo una “apuesta arriesgada” que Wall Street desaprobó. El entonces fundador del sitio de compraventa online más famoso de la web quería dar el salto al cloud computing y ofrecerlo como servicio. Y pese a que el mundo financiero prefirió que siguiera vendiendo libros online, Bezos recordó esta semana por qué fue una decisión acertada: “La apuesta arriesgada generó 62 mil millones de dólares el año pasado”, tuiteó en referencia a Servicio web de Amazon.
el mundo de computación en la nube, es decir, la llamada “nube” -que, básicamente, es una enorme cantidad de ordenadores y cables-, no es solo un lugar donde podemos almacenar nuestras fotos o documentos en línea. En los últimos años, esta área de la computación se ha convertido un Leviatán que sustenta gran parte de todo lo que hacemos en internet: desde una transacción bancaria hasta ver una película en Netflix.
“El término ‘computación en la nube’ se refiere a la entrega de recursos informáticos bajo demanda a través de Internet a un precio de pago por uso. En lugar de comprar, poseer y mantener sus propios centros de datos y servidores, las organizaciones pueden comprar tecnologías como almacenamiento, computación, bases de datos y otros servicios dependiendo de sus necesidades y cuando tienen picos de demanda. A los gobiernos, por ejemplo, les pasa con los censos o las elecciones”, explica a Clarín Andrés Tahta, Director General del Sector Público para América Latina de AWS.
Incluso hay casos locales que ayudan a entender el fenómeno: “El Hospital Italiano, por ejemplo, lanzó su Programa de Inteligencia en Salud (pIASHIBA) en 2018 para investigar las posibles aplicaciones de la inteligencia artificial y desarrollar e integrar estas herramientas en los procesos de salud”, agrega el especialista.
Ahora bien, esto no estaba tan claro en 2006cuando Bezos se involucró en las decisiones de AWS con Andy Jessy -en ese momento, jefe de la división; actualmente, el CEO de Amazon tras la marcha de Bezos-. Como recuerda Brad Stone en su libro “Amazon Unbound”, cuando planteó la idea, es decir, vender la potencia de procesamiento de sus servidores para que cualquiera pudiera comprar espacio en su “nube”, nadie entendió muy bien lo que Bezos podía saber de ese negocio. En su cabeza ya estaba todo claro: el largo plazo. Una constante en su forma de entender todo el ecosistema amazónico.
Tenía sentido: el impresionante volumen de ventas que manejaba Amazon en su sitio web comercio electrónico descansaba sobre una infraestructura que podía aguantar sin caer ni lo peor viernes negro. Se podría hacer algo más con él: y eso es lo que Wall Street todavía no vio.
Incluso cuando las empresas comenzaron a hacer sus balances anuales, Bezos decidió colocar los ingresos de Amazon Web Services en la categoría “otros”. ¿Por qué? Para no “descartar” la novedad de su idea.
“Esto tiene que escalar hacia el infinito sin ningún tipo de fecha límite”, le dijo a Jassy en ese momento. Hoy, AWS es el servicio con mayor potencial de crecimiento en la empresa.
Y ese infinito parece desplegarse año tras año.
Los números del fenómeno
Andy Jassy, actual CEO de Amazon, fue el jefe de AWS antes de reemplazar a Bezos. Foto de Reuters
Bases de datos, herramientas de gestión, seguridad, IoT, aplicaciones de negocio y herramientas para desarrolladores son algunos de los servicios que se pueden contratar online. Pero, ¿para qué sirve todo esto? Aunque todo suene un poco abstracto, es mucho más concreto de lo que parece: son enormes computadoras (servidores), con un inmenso poder de procesamientoconectados entre sí, en algún lugar del mundo -generalmente las ubicaciones son secretas- para soporta una buena parte de internet.
Para poner esto en contexto, y en línea con el ejemplo anterior, cuando vemos una película en Netflix, esa película está alojada en algún ordenador. Es este servicio el que utilizan las grandes empresas: en lugar de tenerlos en sus propios equipos, contratan a los gigantes que se dedican a proporcionar esta capacidad de almacenamiento y procesamiento.
Pero, con el tiempo, este tipo de tecnología evolucionó hacia otros usos intensivos y comerciales, que son claves para el Internet que usamos hoy.
La computación en la nube está dominada en el mundo por cuatro empresas: awsque tiene la mayor cuota de mercado (49,2%)microsoft Azur (33,1%), Alibaba (8,7%) Y Nube de Google (9,1%). Para medir el tamaño de AWS, hasta junio del año pasado la empresa ofrecía 17.300 productos y servicios diferentes a empresas y particulares, dentro de los cuales unos 5.000 pertenecen a la categoría “infraestructura y software”.
Tan grande es la cantidad de cosas que se pueden hacer con la computación en la nube que, hace tres semanas, la compañía comenzó a brindar un servicio de generación de números aleatorios basado en computación cuánticadesarrollado por el proyecto Quantum Numbers (AQN) de la Universidad Nacional de Australia.
“Durante más de 12 años, hemos brindado nuestros servicios en la nube a millones de clientes activos cada mes y a más de 100 000 socios en más de 150 países en todo el mundo de prácticamente todas las industrias y de todos los tamaños, incluidas empresas emergentes, grandes empresas multinacionales y empresas públicas. organizaciones del sector”, explica Tahta.
El experto cuenta con qué servicios trabaja AWS en Argentina: la Municipalidad de Córdoba, Edenor, Mercado Libre, Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA)son algunos de los grandes jugadores que contratan la potencia informática de la nube de AWS.
En base a los desafíos que plantea esta enorme infraestructura, Amazon Web Services (AWS), la división de la compañía fundada por Jeff Bezos, realiza cada año una cumbre en la que se discuten los nuevos desarrollos de este sistema, tan robusto como complejo.
El Congreso de la AWS en Washington
Foto de Reuters
En ese contexto, este lunes comienza una de las AWS Summits en Washington, una conferencia en la que se hablará de diversos temas de la computación en la nubepero también la inteligencia artificial, sobre cómo aplicar estos servicios a la gestión de desastres naturales y los riesgos y precauciones que se deben tomar en materia de la seguridad cibernética.
Será del 23 al 25 y contará con co-expertos en la materia, talleres y conferencias. “Esta es una invitación para que el público conozca cómo la nube de AWS pueden transformar digitalmente las diferentes organizaciones del sector público, para que puedan innovar y así ofrecer mejores servicios a sus clientes y ciudadanos. Asimismo, se presentarán noticias de alto impacto sobre ciberseguridad, inteligencia artificial, almacenamiento en la nube, internet de las cosas y big data, entre otros temas”, explica Tahta.
Según su experiencia, la cumbre está dirigida a “programadores, desarrolladores, periodistas especializados e interesados en inteligencia artificial, aprendizaje automático y análisis de datos”.
Así, aquel negocio que vio Bezos en 2006 acabó generando, al fin y al cabo, no sólo una nueva división de un gigante como Amazon sino también un campo de conocimiento que parece crecer con los anabólicos año tras año.