De la gran cantidad de casos de estafas en línea, ya sea para robar datos personales de tarjetas de crédito o para instalar virus en nuestras computadoras, una pregunta que siempre surge es: ¿Qué antivirus debo usar?
Antes de responder a la pregunta, debe entenderse quel concepto de “virus informático” ha cambiado en los últimos años. Lo que entendíamos hace décadas, cuando el término se popularizó junto con la explosión en el uso de las computadoras personales, no es lo mismo que entendemos hoy y la palabra se asoció más a cuestiones de usos y costumbres.
Actualmente se habla demalware”, es decir, programas maliciosos. Y entender mejor qué son nos ayuda a tomar una decisión sobre qué antivirus instalar, sobre todo teniendo en cuenta que existen opciones gratuitas o incluso el que viene con ventanas (que para algunos especialistas es más que suficiente).
Aquí, un repaso a las principales amenazas que existen actualmente y qué podemos hacer para defendernos.
Del virus al malware, una historia infectada
Los primeros virus se desarrollaron para probar funciones de seguridad. Foto: Shutterstock
“Un virus informático es un programa malicioso o una pieza de código que se replica a sí mismo y se cuela en un dispositivo sin el conocimiento o permiso del usuario. Algunos virus son simplemente molestos, pero la mayoría de los virus son destructivos y están diseñados para infectar y controlar su dispositivo. Un virus puede propagarse a través de computadoras y redes haciendo copias de sí mismo, al igual que un virus biológico pasa de una persona a otra”, le explica a Clarín Luis Corrons, experto en amenazas cibernéticas de Avast.
El origen de los virus está asociado, paradójicamente, con la la seguridad cibernética. “El primer virus informático, llamado ‘sistema enredadera‘, fue un virus experimental autorreplicante lanzado en 1971 y creado por BBN Technologies en los Estados Unidos, como una prueba de seguridad para ver si era posible un programa autorreplicante. Este llenó un disco duro hasta que la computadora ya no pudo funcionar. Con cada nuevo disco duro infectado, Creeper intentaba eliminarse del host anterior. El Creeper no tenía intenciones maliciosas y solo mostraba un mensaje simple: ‘SOY UN Creeper’. ATRÁPAME SI PUEDES’”, recuerda.
Sin embargo, Corrons advierte que “aunque muchas personas usan el término ‘virus’ para referirse a cualquier tipo de programa peligroso, un virus es solo un tipo de malware (software malicioso), que incluye cualquier código creado para ser dañino”.
“Quizás la categoría de malware más conocida corresponde a los virus, ya que es la primera categoría de malware (contracción de software malicioso), que debe su nombre a una analogía con los virus biológicos que solo pueden reproducirse dentro de las células de otros organismos, como como virus informáticos que requiere un archivo host para infectar una computadora”, explica a Clarín Miguel Ángel Mendoza, Investigador de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
Pero advierte: “Actualmente, sólo un bajo porcentaje del código malicioso que se desarrolla y difunde por Internet corresponde a los denominados virus”.
“A lo largo de los años han proliferado otros tipos de malware, que pueden clasificarse en función de sus características, propósitos o funcionalidades. Por ejemplo, los gusanos informáticos (a diferencia de los virus) no requieren un archivo host y tienen la capacidad de replicarse y propagarse por sí mismos; Los troyanos pretenden ser una aplicación inofensiva o benévola, pero en realidad realizan tareas maliciosas sin el consentimiento y, a menudo, sin el conocimiento del usuario”, continúa.
“Él rootkit son otro tipo de programa malicioso que otorga a los atacantes acceso a un sistema, mientras oculta su presencia. También es posible encontrar otros tipos de malwarecomo el software espía, que recopila información sobre las actividades del usuario y la envía a un atacante; la red de bots son redes de ordenadores infectados (conocidos como zombis o bots) que permiten a un ciberdelincuente utilizarlos de forma remota para diversos fines, como propagar más código malicioso, utilizarlos para ataques de denegación de servicio (Dos por sus siglas en inglés, Negación de servicio) o utilizarlos para enviar correos electrónicos no deseados de forma masiva (spam), por citar algunos ejemplos”, continúa Mendoza.
De esta forma, lo que está claro es que la definición de “virus” nos ayuda a entender que estamos bajo amenaza, pero es un término más bien comercial que se ha quedado por costumbre.
¿Qué antivirus gratuito usar?
Ahora hay opciones gratuitas y no tienes que pagar una fortuna por un antivirus. Estos son los más populares Se pueden instalar sin pagar un centavo.
Avast
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Uno de los antivirus más experimentados del mercado. Funciona en Android, MacOS y Windows. Es uno de los más populares del mundo en el ámbito de los impagos.
PROMEDIO
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Otro clásico que añade algunas funciones extra y protección contra el ransomware, uno de los ataques más replicados de los últimos años.
Avira
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Un programa que supo ganar varios premios, solo eclipsado por una serie de funciones que son de pago. Lo básico, de todos modos, lo cumple
bitdefender
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Otro peso pesado entre los libres, pero sin características anti-ransomware.
ZoneAlarm (punto de control)
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Buena protección contra las amenazas de malware más conocidas, pero no bloquea ciertas sitios maliciosos y sitios web fraudulentos.
kaspersky
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La versión del histórico antivirus ruso estuvo en el centro de la polémica tras la invasión de Ucrania y algunos países comenzaron a advertir que podría haber “riesgo informático” por usarlo. Sin embargo, no hay pruebas y sigue siendo una de las marcas más reconocidas del mundo en seguridad informática.
No instalar nada “extra” también puede ser una buena idea
Algunos especialistas optan por una opción más sencilla: no utilizar antivirus.
Iván Barrera Oro, desarrollador de software especializado en seguridad informática, cree que comparar antivirus es una tarea que no tiene mucho sentido. “Objetivamente es difícil medir uno contra el otro. Podría juzgarse, si está interesado, por las características frente al precio, o por la reputación de la empresa. En general, no recomendaría ninguno“, frase.
“Lo ideal es evitar malware es instalar aplicaciones desde un repositorio de confianza. Desafortunadamente, a diferencia de Linux, Windows no tiene esa función (aunque se ha incluido Microsoft Store, no está “curada”). Esto dificulta mantener actualizado el sistema y sus aplicaciones, y no se deje engañar por los instaladores con malware. Los antivirus pueden ayudar en esta tarea, pero siempre serán insuficientes”, añade.
Su opción cuando se trata de usuarios de Windows es más sencilla: utilizar el que viene con el sistema operativo: “Respecto al antivirus incluido en Windows 10 y superior, denominado defensor de microsoft, suele ser más que suficiente. Especialmente si se considera en lugar de otra opción gratuita”, dice.
Windows defender, el antivirus para Windows 10 y 11. Foto Microsoft
En lo que sí coinciden los especialistas es en el uso de una herramienta de seguridad: “Desde el punto de vista de la ciberseguridad, siempre es preferible tener una herramienta de seguridad instalada, actualizada y correctamente configurada. Sin embargo, existen diferencias importantes entre las distintas opciones del mercado, que suelen ser los factores decisivos a la hora de elegir una solución u otra: nivel de detección y protección, cero falsos positivos, mínimo consumo de recursos, reputación del fabricante y, por supuesto, el costo”, cierra Mendoza desde ESET.
Así, bajo estos criterios, la decisión final depende del usuario.
Pero solo entendiendo exactamente a qué nos referimos cuando hablamos de “virus” en el siglo XXI será posible entender a qué estás expuesto y, en base a esto, qué decisión de seguridad en línea tomar.