Thu. Sep 5th, 2024

El Telescopio Espacial James Webb este sábado completó con éxito la última etapa de su despliegue, junto con la de su espejo principal, y ya se encuentra en su configuración definitiva para poder iniciar, en poco más de cinco meses, su exploración del cosmos.

La NASA completó el despliegue de los últimos tres de los 18 hexágonos de berilio bañados en una fina capa de oro que conforman el espejo principal, que tiene forma de panal. Previamente había desplegado el espejo secundario y una sombrilla del tamaño de una cancha de tenis.

“El ala final ahora está desplegada”publicó la agencia espacial de EE. UU. en Twitter y agregó que el equipo de la misión ahora estaba trabajando “para asegurar el ala en su lugar, un proceso de varias horas”.

Durante la transmisión en vivo de una maqueta que simulaba lo que sucedía en tiempo real en el espacio, el público pudo observar este sábado el acoplamiento de esta última ala del espejo principal, que tiene una dimensión de 6,5 metros.

A principios de semana, el telescopio había desplegado su protector solar de cinco capas, una superficie en forma de cometa de 21 metros de largo que actúa como un paraguas, cuya función es asegúrese de que los instrumentos Webb se mantengan a la sombra para que puedan detectar débiles señales infrarrojas de los confines del Universo.

“Este es un hito”, se entusiasmó el administrador asociado de la NASA, Thomas Zurbuchen, sobre el desarrollo de la operación, considerada la primera de su tipo por la agencia federal.

“Este es el último de los grandes despliegues en el observatorio, y su finalización sentará las bases para los cinco meses y medio restantes de puesta en marcha”, detalló la NASA.

El despliegue del último espejo del telescopio se completó con éxito. Foto: NASA/EFE

Aún está pendiente “establecer una temperatura de funcionamiento estable, alinear los espejos y calibrar los instrumentos científicos”, detalló la agencia espacial estadounidense.

Un ojo gigante en el espacio

Webb, el telescopio espacial más potente jamás construido y sucesor del Hubble, despegó en un cohete Ariane 5 desde la Guayana Francesa el pasado 25 de diciembre. Este proyecto conjunto de la NASA y las agencias espaciales de Europa y Canadáse dirige a su punto orbital, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.

Desde allí, ofrecerá una vista sin precedentes del universo en longitudes de onda del infrarrojo cercano y del infrarrojo medio, y permitirá a los científicos estudiar una amplia variedad de objetos celestes, incluidos capaz de mirar hacia atrás en el tiempo más de 13.500 millones de años para ver las primeras galaxias que nacieron después del Big Bang.

El despegue del cohete Ariane 5 que transportaba el telescopio. Foto AP

El Webb comenzó su viaje el último día de Navidad, después de casi tres décadas de trabajo de desarrollo y construcción, y años de retrasos.

La importancia y revolución de esta misión, tanto desde el punto de vista astronómico como tecnológico, ha provocado que las agencias espaciales realicen retransmisiones en varios idiomas de sus avances en el espacio.

Se estima que las primeras imágenes serán transmitidas a la Tierra en junio de este año.

LM

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