La página de la Caja Negra de la Tierra comienza con una verdad muy incómoda: a menos que cambiemos radicalmente nuestra forma de vida, el cambio climático y otros desastres creados por nosotros mismos conducirán al colapso de nuestra civilización.
Los responsables de este fascinante proyecto no saben cómo ni cuándo terminará nuestra civilización, pero han propuesto que se deje constancia, tanto del proceso en sí, como de los desgraciados que contribuyeron a él con nombres y apellidos. Han creado una enorme caja negra en un lugar no revelado en el desierto de Tasmania. Más que una caja, es un gigantesco monolito horizontal de 10x4x3 metros herméticamente cerrado, y con una tapa blindada fabricada con placas de acero de 7,5 cm de espesor.
En su interior, el monolito albergará cientos de discos duros conectados a Internet que almacenarán información relevante sobre el cambio climático seleccionada por algoritmos y registrada en tiempo real. Entre los datos almacenados en esta caja negra se encuentran variables relacionadas con el apocalipsis climático como el CO2 en la atmósfera, la acidez de los océanos, las temperaturas de la superficie y del mar, el récord de extinción de especies. También se almacenan datos sobre los cambios en los patrones agrícolas, la población humana, el gasto militar y el consumo de energía. En última instancia, los algoritmos recopilarán noticias sobre el cambio climático y lo que los líderes están haciendo (o mejor dicho, no) para prevenirlo.
Aunque la caja no se completará hasta bien entrado el 2022, sus sistemas ya están funcionando. De hecho, comenzaron a filmar durante la última cumbre climática de Glasgow conocida como COP26. Sería maravilloso poder ver la cara de quien acceda a esa información dentro de cientos o miles de años cuando descubra a los líderes de los 20 países más ricos del planeta tirando un centavo a la Fontana de Trevi desear que termine el Cambio Climático. Probablemente transmitirán nuestra historia como una comedia tonta titulada “Niños, no hagáis esto en vuestros planetas” en algún canal de televisión alienígena.
Todos los componentes electrónicos internos de la Caja Negra de la Tierra funcionan con células solares para mantener el registro de eventos incluso cuando no hay suministro de energía. Sus creadores aseguran que la instalación, a medio camino entre el arte y la denuncia social, tiene capacidad para grabar durante los próximos 30 a 50 años.
Todo el contenido de esta caja negra será accesible a través de la web (al menos mientras tengamos Internet, claro). Y los creadores imaginan que se puede acceder de forma inalámbrica desde fuera de las instalaciones. También planean grabar varios símbolos en la caja como una piedra Rosetta para que si alguien completamente ajeno a nuestra civilización la encuentra, pueda interpretar lo que hay dentro. En ese sentido es bastante similar al proyecto del gobierno de los Estados Unidos de prohibiendo un lugar durante miles de años, pero con mejores intenciones.
Más allá de su posible utilidad para quienquiera que esté habitando el planeta en mil años, el proyecto pretende tener una utilidad ahora mismo, y es advertir a los líderes políticos que, si se preocupan por la posteridad, pueden utilizar esta herramienta. retratan como el incompetente que permitió que toda una civilización se extinguiera, comprometiendo la estabilidad del planeta que habitaban. “Nuestro objetivo es ser una especie de voz de conciencia para todos.”, explican sus creadores. “Cuando la gente sabe que los está grabando, a menudo se comportan de manera diferente.” [Earth’s Black Box vía ABC Australia]