Hay una creencia que se ha hecho popular en el mundo de la tecnología de consumo, entre smartphones, televisores, laptops y otros dispositivos: la primera generación de una nueva tecnología nunca es la buena, hay que esperar al menos a la segunda. A veces esta tendencia es cierta, otras veces no lo es y desde el primer dispositivo ya hay un buen producto. Pero indiferentemente, la realidad es que esta tercera generación del Galaxy Z Fold de Samsung tiene tantas mejoras en comparación con las anteriores que no he podido dejar de pensar en esta idea. Es, al menos hasta ahora, el mejor y más versátil smartphone plegable que he probado.
Y versátil es una palabra clave, que leerás varias veces en esta review.
En 2019 Samsung presentó su primer Galaxy Fold, una apuesta que entonces se veía extraña y quizás como algo temporal. No es la primera vez que la compañía surcoreana se arriesga con algo que en el momento parecía distinto y, para quizás poco práctico. En el 2011 llegó el primer Galaxy Note con una pantalla “enorme” de 5,3 pulgadas y un stylus. Parecía gigantesco en aquel entonces, pero hoy en día y desde hace varios años una pantalla de 5,3 pulgadas es considerada pequeña.
Han pasado 2 años apenas desde que llegó el primer Galaxy Fold, y Samsung no era la única empresa que ha estado experimentando con teléfonos plegables Motorola, Huawei y otras también lo han hecho. Es una tecnología que también parecía ser arriesgada y experimental, y esto último lo es, pero durante este tiempo no ha hecho más que evolucionar hasta lo que hoy en día ofrece el Galaxy Z Fold 3, un teléfono que realmente supone una fusión entre un smartphone común y una pequeña tablet. Y una vez que te acostumbras a tener disponible una pantalla de 7,6″ en tu bolsillo todo el tiempo, cuesta trabajo volver atrás.
Los cambios que destacan en esta nueva generación del Fold son la resistencia al agua (con certificación IPX8, que lo protege del agua pero no del polvo abrasivo), mejores pantallas, mejores cámaras y una cámara para selfies interna (la de la pantalla grande) que se esconde casi por completo, de una manera que puede parecer extraña cuando la miras de cerca, dado que algunos píxeles se disimulan más que otros, pero cuando miras un video, lees un libro, juegas a un juego o visitas una página web, estás tan concentrado en la imagen a gran escala que la cámara realmente parece desaparecer. No la notas. Y por supuesto, el Z Fold 3 tiene soporte para el lápiz stylus S Pen, pero de eso ya hablaremos más adelante.
Pero es la experiencia de uso lo que más atrae en este teléfono. Es lo que puede hacer y otros no lo que lo hace especial, y lo que intenta justificar su elevado precio. El Galaxy Z Fold 3 es un teléfono versátil que puede hacer muchas cosas interesantes.
Qué hace interesante al Galaxy Z Fold 3
En general, el Fold 3 cuenta con dos pantallas: una frontal a la que se puede acceder al cerrarlo, y otra interna a la que se puede acceder al abrirlo. La frontal tiene una diagonal de 6,2” con una buena resolución de 2268×832 píxeles y una tasa de refresco de 120 Hz. La interna tiene un tamaño de 7,6 pulgadas con una resolución de 2208×1768 píxeles y una tasa de refresco de hasta 120 Hz. La diferencia con la generación anterior es que la pantalla frontal es tiene mayor tasa de refresco, y que la interna se siente más grande gracias a la ilusión de la cámara que se esconde, pero mantiene las dimensiones en ambas pantallas y también los formatos o aspecto de cada panel.
En esos formatos se encuentra la primera curva de aprendizaje para los usuarios del Z Fold 3. La pantalla frontal tiene un aspecto de 25:9, lo que significa que es más alargada y angosta que las pantallas que encontramos en la mayoría de smartphones. La pantalla interna tiene un formato mucho más cuadrado, lo que es perfecto para un uso más dirigido a la productividad y multitarea, y no tanto para ver videos o contenido multimedia. No obstante, aun cuando al ver un video no se aprovecha por completo la pantalla (aparece una barra negra en la parte superior y una barra negra en la parte inferior), sigue siendo una pantalla tan grande que se disfruta a la perfección. Ya he visto incontables videos de YouTube y mucho episodios de series en Netflix y Disney+ desde esa pantalla, sin necesidad de tocar mi tablet que normalmente uso para esos fines desde el sofá, la cocina o la cama.
Es el mismo caso para los juegos. La enorme pantalla interna ofrece un espacio muy generoso para jugar, y los títulos suelen aprovecharla. Gracias al procesador del Galaxy Z Fold 3, un Snapdragon 888, el teléfono no tiene problemas en jugar juegos como el Call of Duty: Mobile y el Genshin Impact en configuración gráfica en “Alto”, y en esta pantalla es un viaje de ida para los gamers.
Pero aunque para entretenimiento está bien (y muy bien), los usos de este teléfono en materia de productividad y multitarea lo hacen una opción muy interesante y atractiva a considerar. La posibilidad de ver y utilizar dos y hasta 3 aplicaciones en simultáneo en la pantalla principal es algo que te cambia tu manera de usar el smartphone y aprovecharlo. En incontables ocasiones dividí en 3 partes la pantalla para tener acceso al chat del trabajo, el correo electrónico y Twitter para mantenerme al día con la actualidad. También podías ver un video en YouTube mientras tuiteas y respondes un mensaje en WhatsApp, por ejemplo.
Es el usuario el que elige cuáles aplicaciones utilizar en el modo multitarea, y en qué parte de la pantalla colocarlas, incluso se puede variar el tamaño. Si a esto sumamos la posibilidad de utilizar el S Pen (ya sea el S Pen Pro, que pude probar, o el S Pen Fold Edition) para realizar apuntes, capturas de pantalla, notas a mano que se convierten en texto, y más funciones en la multitarea, el resultado es un smartphone con aún más posibilidades para utilizar como herramienta de trabajo y estudio (o de trabajo y entretenimiento al mismo tiempo, que aquí no juzgamos a nadie que quiera ver un video de YouTube mientras revisa el email, por ejemplo). En este aspecto también es un viaje de ida.
La pantalla frontal o externa no es tan cómoda de usar como la interna, o como cualquier pantalla en un formato más ancho como la que tienen la enorme mayoría de smartphones del mercado. El hecho de que sea más angosta hace que el teclado, por ejemplo, tenga botones más chicos, lo que hace que no sea tan cómodo escribir. Sin embargo, eso es un detalle menor en comparación a las ventajas que da la existencia de esta pantalla. La posibilidad de poder realizar cosas como revisar el mail, responder un mensaje rápidamente, realizar una llamada o darle un vistazo a la agenda, al mapa o a tu lista de reproducción de Spotify, sin necesidad de abrir el teléfono, hacen que esta pantalla sea realmente útil. De hecho, se puede hacer prácticamente todo lo mismo que en la pantalla interna en el panel frontal (excepto usar el S Pen, dado que la pantalla frontal no tiene soporte), lo que permite usar el teléfono sobre la marcha en la calle simplemente sacándolo del bolsillo como cualquier otro, sin necesidad de abrirlo.
Es cierto, el mayor encanto de un teléfono plegable es aprovechar la enorme pantalla interna, pero la realidad es que no siempre quiero usar esa pantalla, no siempre quiero abrir el teléfono, por eso me importa tanto que los plegables cuenten con una buena pantalla externa. Esa fue, por ejemplo, mi mayor queja con la primera generación del Galaxy Z Flip (que es un plegable de tipo clamshell, y no de tipo “tablet” como el Fold). Su primera generación tenía una pantalla de tamaño mínimo, de apenas 1,1 pulgadas. El nuevo Galaxy Z Flip 3, en cambio, tiene un panel más generoso y más útil de 1,9 pulgadas que quizás en número no parezca una diferencia significativa, pero créanme que sí lo es en la mano.
Un detalle importante que no puedo dejar de mencionar es el pliegue que se ve y se siente en la mitad de la pantalla interna. Sí, está ahí, es inevitable, es una pantalla que tiene que plegarse. Sin embargo, solo se nota dependiendo de cómo lo estés usando. He visto incontables fotos del Fold 3 visto desde un ángulo, cualquier ángulo, y ahí está ese pliegue parece partir la pantalla por la mitad y obstruir la vista. Pero la realidad es que cuando ves el teléfono de frente, es decir, en la mayoría de situaciones, el pliegue no se percibe fácilmente. A esto me refiero:
El Fold 3 visto desde un ángulo
El Fold 3 visto de frente
¿Pueden ver la diferencia?
Al pasar el dedo lo sientes, sí, pero 4 de cada 5 veces que toco la pantalla o deslizo mi dedo a través de ella es en sus lados. En cuestión de minutos dejé de prestarle atención al pliegue y me centré en ver por enésima vez ese tráiler de Spider-Man: No Way Home buscando alguna pista que se me podría haber escapado las últimas 15 veces que lo vi.
La certificación IPX8 asegura que el Galaxy Z Fold 3 es resistente al agua, incluso a estar sumergido por completo, algo que he podido presenciar y probar, con todo el terror que trae consigo el sumergir tu smartphone en agua. Aunque no es resistente al polvo, algo que tiene el nuevo Fold es que se siente resistente, sólido. Solo el paso de los meses, o de los años, dirá qué tan resistente es la bisagra. Pero en comparación a cómo se sentía la primera generación del Fold, el Fold 3 me da mucha seguridad en la mano, incluso sin el uso de una funda. Su cuerpo de aluminio se siente bien en la mano.
Hablemos de fotografía
El Galaxy Z Fold 3 tiene un total de 5 cámaras: un sistema principal con tres objetivos, una cámara frontal en su pantalla externa y una cámara frontal en su pantalla interna, esa que se esconde y es casi invisible cuando no la usas. Entre las dos cámaras frontales, la mejor es la de la parte externa, con un sensor de 10MP que es mas que suficiente para realizar videollamadas. La cámara frontal de la pantalla interna es más sencilla, con un sensor de 4 MP y una calidad que deja mucho que desear para fotos, pero es suficiente para videollamadas. El hecho de esconderse detrás de la pantalla perjudica un poco la calidad de imagen en esta cámara, especialmente si lo que buscamos es sacar fotos o capturar videos con ella.
Pero, ¿para qué tomaríamos fotos con las cámaras frontales, teniendo la cámara principal trasera?
Efectivamente, es posible utilizar la cámara principal y todas sus ventajas y objetivos para sacar selfies. Solo tenemos que activar la cámara desde la pantalla frontal, seleccionar la opción “selfies” y abrir el teléfono. Indudablemente, las fotos o videos de tipo selfie con esta cámara tienen muchísima más calidad y nitidez que con las cámaras frontales. Es la forma ideal de tomarlas.
Las únicas situaciones en las que es necesario utilizar las cámaras frontales es, como mencioné algunas líneas atrás, cuando realizamos una videollamada, o quizás grabando un video utilizando la mitad de la pantalla interna como una especie de teleprompter para ver notas y apuntes mientras nos grabamos en video, por ejemplo. La posibilidad de dejar el teléfono abierto a medias como una especie de laptop y usar ambas mitades de la pantalla para cosas distintas es una ventaja que resulta más útil de lo que imaginaba antes de probar el teléfono.
De resto, el Galaxy Z Fold 3 captura buenas fotos en cualquier tipo de situaciones, tanto con buena iluminación como con poca luz, aunque en este último apartado podría ser mejor, incluso con el modo Night Vision. El Z Fold 3 no es tan bueno sacando fotos o grabando videos como sus hermanos Galaxy S21 y S21 Ultra, pero este no es un teléfono con mucho énfasis en la fotografía. Las cámaras son buenas y ofrecen resultados muy buenos, aunque no perfectos.