La Comisión Europea ha presentado una legislación que obligaría a Apple a usar un puerto USB-C en todos los iPhones, iPads y AirPods en Europa (a través de Reuters).
La propuesta, conocida como directiva, obligaría a todos los fabricantes de electrónica de consumo que venden dispositivos en Europa a asegurarse de que todos los teléfonos inteligentes, tabletas, cámaras, auriculares, altavoces portátiles y consolas de videojuegos portátiles tengan un puerto USB-C. Este “puerto común” sería una novedad mundial y afectaría a Apple en particular, ya que utiliza ampliamente el conector Lightning en lugar de USB-C en muchos de sus dispositivos.
En 2018, la Comisión Europea intentó llegar a una resolución final sobre el tema, pero no logró convertirse en ley. En ese momento, Apple advirtió que forzar un puerto de carga común en la industria sofocaría la innovación y crearía desechos electrónicos, ya que los consumidores se vieron obligados a cambiar a nuevos cables. Un estudio de evaluación de impacto de la Comisión Europea realizado en 2019 encontró que la mitad de todos los cables de carga vendidos con teléfonos móviles tenían un conector USB micro-B, el 29 por ciento tenía un conector USB-C y el 21 por ciento tenía un conector Lightning.
Se dice que los beneficios ambientales, la reducción de desperdicios, la conveniencia y $ 293 millones en ahorros anuales para los usuarios se encuentran entre las ventajas de la nueva directiva.
El borrador de la legislación también proponía que los cargadores se vendieran por separado de los dispositivos electrónicos, un movimiento que Apple ya comenzó con los modelos iPhone 12 y Apple Watch Series 6 el año pasado. La Comisión Europea también planea revisar sus regulaciones de diseño ecológico para garantizar que las fuentes de alimentación externas para los dispositivos sean interoperables.
En un comunicado compartido con ReutersApple dijo: “Seguimos preocupados de que una regulación estricta que exige un solo tipo de conector reprime la innovación en lugar de fomentarla, lo que a su vez perjudicará a los consumidores en Europa y en todo el mundo”. La compañía también expresó su preocupación por el período de transición de dos años propuesto para cambiar a USB-C.
La directiva ahora debe recibir luz verde del Parlamento de la UE y los gobiernos nacionales, quienes pueden sugerir enmiendas, antes de que pueda convertirse en ley. La Comisión Europea espera que esto ocurra en 2022. A partir de ese momento, las empresas tendrán dos años para realizar la transición a USB-C en sus dispositivos.
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